


Los mundos de la escuela (Les mondes de l'école)Olivier Culmann / Mat Jacob
“Porque fuimos a la escuela sin muchas ganas, porque nos sentimos libres solo después de haberla dejado, porque nos despertó el espíritu tanto como nos lo cerró: regresamos a la escuela. La cuestión para nosotros era saber si la escuela es una forma de imponer un modo de pensamiento o al contrario, si es el medio para darles a los niños el bagaje intelectual que, más tarde, les permitirá ser libres. Las situaciones que encontramos fueron tan variadas, y a veces tan contradictorias, que llegados al término de este trabajo, comprobamos que allí donde esperábamos obtener respuestas, encontramos a menudo nuevas preguntas. Estas dudas y estos cuestionamientos forman parte de este reportaje. Los mundos que atravesamos y de los cuales hablamos aquí, son los de nuestras impresiones y nuestros recuerdos.”
El otro día me encontré una exposición fotográfica sobre la escuela; por coincidencia me la encontré porque fui a una biblioteca a estudiar para el examen que tenía que hacer. Y me llamó muchísimo la atención. Casi lloro. Y es que ando sensible y reflexionando mucho el objetivo de estar en la escuela. Y pues me gusto y quiero compartir unos textos que encontré junto a la exposición. Aquí solo pongo dos, pero son más.
Este texto, es el que me llego al corazón...no sé porque pero me dieron muchas ganas de llorar...
Hong Kong
Nos pusieron en fila en el gran patio y oímos la voz del director hablándonos en las bocinas. Se trataba de la vida, de las cosas venideras del tiempo que transcurre, de nosotros que íbamos a crecer, del trabajo que tenemos que hacer de todo un montón de cosas que debemos reflexionar, cosas interesantes… ya que, no tendríamos todos el mismo futuro, nos dijo la voz. Nos dio miedo este gurú. Parecía conocer todo los misterios de la vida, y tener todas las respuestas a nuestras preguntas de niños.
Después de eso, nos pondremos a trabajar.
Aquí nos tienen en línea, puestos en perspectiva, nuestros egos están bien guardados, un timbre resuena. Ahora, avanzamos por los pasillos. Extraño pasillo estrecho y sin final. Nos arrollaremos todos un día hacia la salida, con o sin equipaje. Eso ya lo sabemos. Se nos lo dijo. Y luego se nos pregunta: ¿a qué quieres dedicarte mi hijo? Pues: quiero ser comandante, o director general, presidente de algo o de la República, artista muy famoso, la estrella del momento, quisiera ser el mejor, ordenar a la gente, teer dinero y honores…
Es para todo eso que trabajo. Obedezco, me organizo, me controlo, me entreno. Nos gustaría reír. Pero cuando nos reímos juntos, se nos castiga. O entonces: de grande ¿q qué quieres dedicarte mi hijo? Pues: no quiero hacer nada y no quiero ser grane, ni ser como los grandes, no quiero sus preguntas, sus miedos, sus ambiciones, sus angustias de viejos, lo único que quiero es vivir, jugar, aprender y descubrir. No quiero sus valores, sus códigos, su prisión mental, sus certezas. Primero que nada, ustedes son quienes inventaron los pasillos, los pizarrones, los cuadrados y los cuadernos… Todas estas invenciones para manejarnos, y los regalos, las recompensas, para olvidarnos del fracaso…
Entonces, de nuevo, nos pusieron en fila en el gran patio.
Mat Jacob